La Mirada De Mi Madre

Concepto de la Obra

La Mirada de Mi Madre» nace de un momento de profunda tristeza, una travesía interna marcada por la pérdida irreparable de mi madre. Cada trazo, cada sombra en esta obra narra una historia personal de transformación del dolor, de un anhelo profundo por la libertad, teñido por el peso de una ausencia que nunca podrá ser colmada. Este es el punto de partida, la base de sombras desde la cual se construye la obra.

En medio de esos trazos iniciales, la mirada de mi madre se convirtió en el eje sobre el cual se articula la transmutación. A medida que las líneas tomaban forma, el dolor se convertía en algo nuevo: una mujer sonriente, de pie ante la majestuosa París, con una mirada llena de admiración, como si estuviera contemplando un logro cumplido, un sueño hecho realidad. Esta es la transformación que buscaba, la conversión de la tristeza en una celebración del amor y la admiración, de la esperanza y el anhelo.

París, la tierra del amor y la excelencia, se convierte en el escenario de esta transmutación. Lo que comienza en la oscuridad se eleva hacia la luz, hacia un estado de paz y amor, donde el sufrimiento profundo se encuentra con el amor profundo, y ambos se cancelan en un punto cero, en un delicado equilibrio que es al mismo tiempo quietud y movimiento. Aquí, la obra no solo capta la dicotomía entre amor y sufrimiento, sino que los une, los convierte en un nuevo estado de ser, donde la tristeza se disuelve en la belleza de la creación.

En su esencia, esta obra es un tributo a lo que nunca pude alcanzar: la mirada de orgullo de mi madre, una mirada que imaginé, que soñé, pero que nunca llegó. Sin embargo, esa mirada se hace tangible, se eterniza bajo los trazos de carbón. No pinté el dolor, no quise capturar las lágrimas que tanto anhelaban salir, sino que decidí pintar lo que mi corazón desea expandir: el amor, la celebración, y el logro. Este es mi homenaje, no solo a mi madre, sino a todas esas emociones que, aunque nunca se materializaron, viven en la obra como una firma indeleble. 

Inicio del proceso creativo de una obra de arte a carboncillo de 100x70 cm por un artista emergente

Un espacio donde otros pueden encontrarse….

«La Mirada de Mi Madre» es un espacio donde otros pueden encontrarse, donde aquellos que han perdido, que han anhelado, o que nunca han sentido ese orgullo, puedan hallar un lugar de contención, de complicidad, de esperanza. Es un juego de luces y sombras que busca expandir la sensación de soñar, de imaginar, de seguir adelante a pesar de todo. Porque aunque la vida es corta, esta obra es una forma de eternizar esos momentos, de sellarlos en el tiempo, de capturar lo que puede ser capturado solo en el arte: la ilusión de una realidad que en el corazón, y en esta pintura, siempre será posible.